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Lunes 23/06/2014

CARLA RIBERA

Consecuencias del Mundial de Brasil

 

El estadio vitoreaba, en dos secciones, el nombre de sus respectivos equipos. El público levantaba con orgullo sus colores y la masa se movía enfebrecida, presa del fervor que conlleva la victoria o la derrota.

Al otro lado de los muros, los colores, los gritos, la febril expectación se halla un panorama muy distinto que ha corrompido la imagen que prometía Brasil sobre una fiesta y una celebración continua.

 

El Mundial de fútbol en Brasil sin duda se trata de una gran oportunidad tanto social como económica para el país que tenga la fortuna de organizarlo y celebrarlo. Los beneficios pueden resultar gigantescos.

No obstante, el sueño ha pesado demasiado para la fuerza que podía tener la realidad. Brasil llevó a cabo una serie de proyectos para mejorar la infraestructura del país para hacer frente al peso que supone un evento deportivo a nivel mundial: líneas de autobuses, metro, la renovación de los estadios… Está claro que el gobierno brasileño tiene el claro objetivo de beneficiarse de la llegada del Mundial y va a hacer todo lo posible para que eso ocurra.

 

No obstante, otra cara menos amable ha ensombrecido a la población natural del lugar: las infraestructuras que iban a llevarse a cabo en el campo del transporte público se han visto inacabadas, el precio de éste (presumidamente público) ha subido considerablemente, las cuantiosas inversiones deportivas han dejado de lado los campos que compiten a la educación o la salud… e, incluso, otras actividades más desventuradas se han visto lucradas por la masa llegada de todo el mundo para la celebración del Mundial, como lo es la prostitución infantil. Le siguen de cerca el narcotráfico, las drogas y las actividades de las mafias que, situados en las zonas más marginales, se ven gratificados por la cercanía de los estadios.

Lo cierto es que esta situación pone de nuevo la eterna disputa entre el beneficio económico (tan disputado siempre) con el beneficio social.

 

No es necesario insistir en qué clase de gobierno se toman a cabo este tipo de decisiones pero sí está claro que, desde aquí, desde este acontecimiento, debería hacerse un llamado a la conciencia social y hacer despertar a las masas. Despertarlas a gritos, con aullidos si es necesario.

La sociedad está viéndose afectada por el fenómeno romano “más circo y más pan”. Las conciencias sociales ese están adormeciendo, los derechos ignorándose, el bienestar pudriéndose. Un evento deportivo de tal magnitud como lo es el Mundial debería ser un acontecimiento a celebrar con total transparencia, seguridad y alegría, no una máscara que deba vestirse para esconder una realidad podrida.

Que el fútbol fuera, en definitiva, un motivo por el cual las multitudes vislumbraran, unidas, la otra cara que traspasa los muros de un estadio con tal de hacer un llamado al bienestar social.

 

 

 

 

 

Los que me conocéis o habéis leído mi anterior artículo en esta misma revista referente al fútbol os haréis una idea de lo que pienso sobre el Mundial.

 

A mi me suele gustar ver el fútbol en el que juega la selección, porque me lo tomo como cualquier otro deporte en el cual hay un equipo o un individuo que nos representa a todos ante el mundo. ¡Qué menos que animarles! A todo el mundo le gusta que gane su país en algo (en algo bueno).

 

Pero en este Mundial han conseguido convencerme para que ni por esas sienta un mínimo entusiasmo. Y es que no puedo soportar saber que esta competición está podrida hasta los cimientos. Los que eran pobres ahora “gracias” al mundial lo son más porque o bien se les ha expulsado de su propia casa o porque el dinero que podría haberse destinado a ayudarles se ha empleado en estadios construidos a toda prisa. Y todo para crear apariencias, limpiar lo feo y sólo mostrar una cara bonita que mostrar al mundo. Una cara operada con cirugía metalúrgica y a golpe de polémico bisturí.

 

Ahora algunos dirán que la FIFA no es responsable de lo que haga el país que aloja el Mundial, pero yo no me creo que ni los mismos jugadores estén ajenos a todo lo que ha supuesto para Brasil la construcción de los nuevos estadios y sólo por eso me parece terrible saber que están jugando sobre césped regado con sangre, dinero y abusos.

 

Que cada uno haga lo que quiera con su conciencia y que siga apoyando un deporte que sí, que mueve pasiones, une a la gente y todo lo que quieras, bondades no le faltan, pero ignorar la terrible realidad sobre la que se cimienta es hacerse casi casi responsable de la misma.

 

 

Martes 24/06/2014

NACHO FERNANDEZ

El actual mundial de Brasil, el cual está siendo celebrado actualmente, es bien conocido que está produciendo por una parte grandes ganancias económicas debido a la cantidad de visitantes que recibe, pero esas ganancias son casi exclusivamente recibidas por uno o dos sectores y además están aumentando la pobreza en las zonas más marginales y que menos recursos tienen.

 

En mi opinión lo que debería hacerse no es dejar de celebrar el mundial ni erradicarlo ni nada por el estilo, sino gestionar correctamente las ganancias para que, aprovechando el movimiento masivo que produce el fútbol, poder dar una oportunidad de salir adelante a familias enteras que están pasando hambre o han quedado en la calle, es decir, ofrecerles alojamiento y un trabajo temporal durante el mundial que les permita un empujoncito económico y laboral para que a partir de ahí puedan comenzar una vida más digna y tener acceso a víveres y alojamiento, poder contar con una experiencia y con un dinero base para poder comenzar su vida y poder salir del atasco en el que se encuentran.

 

Creo que la solución, en lugar de luchar contra el mundial y crear una discusión entre si se debe o no celebrar tal cosa, se debería buscar la forma de gestionar correctamente esa actividad de tal forma que beneficie al máximo a todo el mundo y que pueda ser más una ayuda que un impedimento al desarrollo del país y a la calidad de vida de sus habitantes, por lo tanto no pienso que el mundial sea malo, sino que está mal organizado.

 

La organización base que se podría proponer, ya que se sabe el lugar en el que se celebrará el próximo mundial bastante tiempo antes de que llegue el momento de celebrarlo, sería realizar estudios de población, censada o no, averiguar las condiciones de vida de las personas que viven en el país y fomentar la búsqueda de una ocupación necesaria durante el evento en cuestión, en este caso la copa mundial de fútbol, y una vez se tengan los datos de toda la población, repartir justamente trabajos y salarios desde el primer momento en el que se va a organizar el evento.

 

De esta manera se puede contar con un número muchísimo mayor de trabajadores, lo que a fin de cuentas se traduce en mayor rapidez y eficacia, equilibraría la situación socioeconómica de la población del país en cuestión y daría trabajo durante un largo periodo de tiempo (desde que se empieza a organizar y preparar el evento hasta que termina y se debe devolver todo a la normalidad) a una gran cantidad de personas, además de brindarles la oportunidad de darse a conocer en el mercado laboral y de comenzar una nueva vida, de tal manera que salen beneficiados tanto los ciudadanos del pais, como el pais en sí, que puede contar con más trabajadores, mayor personal y población activa en funcionamiento y reducir gastos, además de producir mayor cantidad de productos factibles de exportación y de mayor calidad debido al aumento de personal(que favorece la producción en cadena de forma más específica para cada producto) y reduce la necesidad de importación de muchos productos, sin ir más lejos, manufacturados en china.

 

Ahora os preguntaréis posiblemente si yo estaría dispuesto a trabajar en algo así como coser banderitas o peluches, que hablo mucho y probablemente no lo haya hecho ni lo vaya a hacer, bueno, he de deciros que no he cosido banderitas pero he pasado años trabajando para gente que casi no me ha pagado pero que no he tenido más remedio y que gracias a eso ahora he tenido la oportunidad de trabajar en algo que me gusta, por lo tanto es una situación en la cual me siento muy identificado, y sinceramente, si vivese en una zona marginal en la que en cualquier momento pueden pegarme un tiro o puedo morirme de hambre, preferiría teneruna mínima oportunidad de salir de ahí y cambiar el rumbo de mi vida, y como siempre digo que el que quiera peces, que se moje el culo, aquí me tenéis, sumergido hasta las orejas!

 

"Si te agarras a un clavo ardiendo, te quemas la mano, pero tienes opción de hacer un esfuerzo y salvarte, si no te agarras a nada, caes al vacío sin remedio"-L

RYU

Miércoles 25/06/2014

Las consecuencias del mundial de Brasil

 

 

Y de nuevo la historia se repitió. España nunca aprende de los errores del pasado. Su valor, su fuerza y su ambición la llevan a alcanzar siempre una gloria efímera y a afrontar una extensa y mísera derrota.

Cuántas veces los españoles han sido llamados por las alas del triunfo y logrado ser dueños de los mayores paraísos naturales y humanos y no han sabido gestionar tales victorias. La estrepitosa derrota en el mundial de Brasil es el partido menos importante que ha perdido la nación en los últimos años.

 

Tenemos las mejores materias primas pero, o bien las dejamos pudrirse en el árbol o bien las exprimimos tan fuerte que pronto caen secas. Otros países labran su tierra menos fértil y consiguen así una cosecha hermosa y duradera. La lengua, la cultura y el clima podrían convertirnos en la nación más poderosa, sin embargo, eso haría que los inescrupulosos entrenadores que disponen las piezas en el campo cayeran de inmediato.

 

El fútbol para ellos solo es un velo que canaliza las frustraciones de un país y lo mantiene ciego, porque es preferible que las miradas se centren en la absurda dirección de una pelota que en las cosas que de verdad importan. Por ello, los que deseaban que, durante unas semanas, las cámaras no les filmaran para poder seguir lucrándose las manos y negando las crueles evidencias son los que más han sufrido y sufrirán la derrota.

 

La eliminación de España en la primera fase del mundial es una muestra más de cómo este país se sostiene a base de pilares fantasmas que con cada nueva humillación internacional se hacen, por fortuna, más evidentes.

 

Jueves 26/06/2014

ADIAROZ SÁNCHEZ

El futbol mueve y enloquece masas, y de ello quiere sacar beneficio las principales empresas mundiales para hacer negocio. Cada cuatro años se disputa la copa de Mundial de selecciones, este, ha sido Brasil la escogida. El país sud americano, es un país con muchos contrastes, dónde al lado de un hotel de lujo nos podemos encontrar una de las favelas más grandes del mundo. Este mundial de selecciones ha supuesto un enorme impacto para la sociedad brasileña que acogerá el mundial y con ello una oleada de turistas e ingresos, pero a la vez más exclusión social, más pobreza y cada vez más distancia entre los ricos y los pobres y por tanto la destrucción de la clase media.

Primero de todo vamos a ir por pasos, por una parte encontramos la parte positiva y beneficiosa del Mundial. Claramente la fuerte oleada de fans futboleros comportara un buen ingreso económico pero que solo será temporal, hoteles, bares, tiendas y otros negocios máximos beneficiados pero sus trabajadores seguirán cobrando lo mismo y trabajando más. También es importante mantener una buena imagen en la seguridad y un buen papel en la organización, ya que se crearía una mejor publicidad turística. Por tanto, podemos decir que el punto más positivo para Brasil es el ingreso económico, pero obviamente todo tiene un coste, y la sociedad es la más afectada.

 

La cara más negativa de este Mundial ha sido la desoladora imagen que ha dado el gobierno brasileño a su sociedad. Brasil es un país donde hay aun muchas carencias ya sea en ayudas sociales, crimen organizado, tasas elevadísimas de enfermedades de transmisión sexual..., etc. Pero los mandatarios gubernamentales han decidido convertir el dinero en un campeonato de futbol dónde los máximos beneficiados serán los de siempre, conociendo que el futbol es un negocio siempre efectivo dónde aunque el precio de las entradas sean caros siempre habrá alguien que las comprara. Todo esto ha comportado que el propio gobierno se haya dedicado las última semanas en limpiar las calles de mendigos, pequeños comerciantes , drogadictos..etc para poder dar una buena impresión de cara al público turístico que es el que lleva el dinero. A consecuencia se han creado enormes revueltas en las principales ciudades en las cuales se han llegado a paralizar las principales arterias de acceso a las grandes ciudades. El descontento de los brasileños es total ya que la excusa del fútbol ha sido perfecta para las principales empresas estatales para beneficiarse del turismo.

 

Yo soy un gran fan del futbol, pero el futbol de la FIFA y de muchas organizaciones están manchados , dónde los intereses i el lucrarse es su principal objetivo. Ahora por ejemplo se han descubierto casos de compra de votos de jeques catarís a mandatarios de la FIFA. El fair play no solo es en el campo.

ALEX CARVI

Viernes 27/06/2014

Estamos presenciando la mayor fiesta futbolística de todos los tiempos. El mundial de fútbol que se celebra del 12 junio al 13 de julio en Brasil es, como todos los mundiales, una celebración por todo lo alto, donde cada día es fiesta, donde los colores y los corazones vibran al unísono y donde todo parece alegría, paz, orgullo y felicidad.

 

Eso es, al menos, lo que a simple vista es o debiera ser un evento futbolístico de tal magnitud. El problema viene cuando la fiesta que se supone que es, lo es solamente para algunos.

 

Según datos de diversas organizaciones, durante el transcurso del Mundial de Brasil más de 150.000 personas serán desalojadas de sus hogares; algunas ya lo han sido. Barrios enteros destruidos para construir nuevos estadios e infraestructuras o simplemente para “limpiar” la imagen de la ciudad y eliminar las favelas que “impiden” que todo sea de color de rosa.

 

Experiencias pasadas en mundiales anteriores han desvelado que la explotación ha estado siempre al orden de cada día. Trabajadores de la construcción no cumplían las condiciones adecuadas de trabajo y lo hacían en condiciones precarias. En la misma situación se denunció que trabajaban los fabricantes de merchandising.

 

La Copa del Mundo va a generar miles de millones que dudo mucho que la población brasileña lo vea de vuelta en sus bolsillos, mientras que son estos los que deben soportar gran parte del coste del evento. ¿Hasta qué punto un país con 50 millones de personas viviendo bajo el umbral de la pobreza y con casi 20 millones viviendo en la pobreza extrema, es decir, con menos de 27€ al mes, es capaz de absorber esta cita mundial?

 

No hay más que remontarse al Mundial de Sudáfrica. Un resultado final de ingresos de 3.000 millones de dólares para la FIFA y 3.000 millones de pérdidas para Sudáfrica. La población sudafricana, esperanzada, creyó a pies juntillas en un crecimiento económico que nunca llegó. El resultado no pudo ser peor. Según informes, en lugar del beneficio esperado de casi 600 millones de euros, Sudáfrica perdió unos 2.300 miles de millones. La FIFA, por su parte, consiguió casi 3.000 millones de euros. En lugar de que la población se beneficiase de la Copa Mundial, se vieron afectados negativamente por la reducción de prestaciones sociales que el Gobierno de Sudáfrica se vio forzado a poner en marcha debido a las pérdidas generadas.

 

En Brasil, la inversión pública está siendo enorme, donde las cifras ascienden a 14.500 millones de dólares en aeropuertos, estadios y sistemas de transporte. El 99 % de los costes, según diversos informes de ONGs, serán asumidos por los presupuestos públicos.

 

Y no solamente hablamos de dinero. Hablamos también de derechos humanos. Y de las violaciones que estos sufren. Según informes recientes, en anteriores Copas del Mundo se han visto aumentados los delitos de explotación sexual. Brasil no es una excepción y se convierte en un lugar propicio para vulnerar los derechos de las mujeres y los niños y ofrecer oportunidades de negocio a traficantes y explotadores.

 

Estos son solos algunos datos recabados en diferentes informes. Datos que no escuchamos en la radio, ni vemos en la televisión. Pero que existen y están presentes. Tan reales como los resultados de los partidos.

Las manifestaciones que hemos podido ver en informativos son el grito de miles de ciudadanos brasileños que ven cómo sus derechos son vulnerados por esta gran fiesta futbolística que ahoga la voz de los perjudicados. Los que no pueden acudir a la fiesta, pero tienen que pagar por ella.  

 

 

 

 

 

Sábado 28/06/2014

IRAIDE OLALDE

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