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SANT JORDI 2014 EL DÍA DEL LIBRO Y LA ROSA

 

Al finalizar mi jornada laboral y de camino a la estación de tren vi a lo lejos a una mujer sentada en el anden, solo estamos los dos y después de un saludo cordial, tome asiento.

 

Pasaron los minutos y no pude evitar sentirme intrigado, su voz dulce estaba empapada de agotamiento. Por su mirada pude imaginar que estaba luchando, que sufría, pero por su media sonrisa entendí que no se rendía.

 

Todos sus complementos demostraban su personalidad abierta y extrovertida. Sus pendientes y anillos eran una clara demostración de seguridad, de persona autentica y de ideas claras.

 

Pude observar sus nerviosismo, frotaba sus manos finas con fuerza y suspiraba con frecuencia. Miraba su reloj constantemente pendiente de la llegada de ese tren que tanto la hacia esperar.

 

En unos minutos el tren hizo su entrada en la estación, pero ella no se movió, se quedo sentada mirando como las puertas se abrían, con una sonrisa contenida, con sus ojos anteriormente apagados abriéndose por momentos y reprimiendo alguna que otra lagrima.

 

Ya sentado en mi asiento puede observar como la mujer de voz dulce, de mirada agotada y de manos nerviosas, abrazaba a su pequeña y en ese momento lo entendí su lucha y su fuerza.

 

No podía rendirse teniendo aquel pequeño tesoro.

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