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Lunes 10/03/2014

ANNA BAÑON

Marzo, una mañana plácida en el jardín. Anaïs se escondía de su hermano torpemente. Él, con ávida mirada, dejaba que pensara que no la había visto para descubrirla en el último momento. A veces incluso, como buen hermano mayor, la dejaba ganar. El juego cesó cuando mamá llegó, besó a la pequeña y felicitándola por su tercer cumpleaños, le colocó una corona en la cabeza.

 

Para mí la realeza comenzó en un palacio en un país lejano, en su gran salón, con parejas bailando tiernamente, mayordomos sonrientes y alguna bruja envidiosa escondida en un rincón esperando su momento. Que daño hizo Disney, ya sin entrar en detalles sobre su idealización del amor, los valores machistas y demás mensajes subliminales que quizás comentemos en otra parte, sus historias sobre reyes y princesas nos llevaba a muchas niñas y niños a desear haber nacido en esos cuentos de hadas. El poderoso y bondadoso rey conseguía el amor y dedicación de todo su pueblo y la princesa vivía por siempre rodeada de felicidad y encanto, con vestidos pomposos y un esposo ejemplar, todo sin necesidad de hacer nada más que nada.

 

Ahora y aquí, aunque parezca mentira, la vida de nuestra querida familia real sigue siendo de ensueño: el rey aún mantiene su sonrisa bondadosa y a muchos sigue cayendo bien. La princesa, el príncipe, las infantas, sus preciosos hijos y toda la demás estirpe continúan bailando. Eso sí, a la Española, entre canapé y canapé (o entre la tortilla y el cocido) hay una buena ración de corrupción y de robo a los de siempre, el vals suena al son de escándalos que inundan nuestros periódicos y la prensa rosa… son historias que muy sinceramente poco puedo comentar porque ya me producen un sopor tremendo, no porque no me importen, si no porque son lo de siempre, lo que ya deberíamos saber y deberíamos romper.

 

En mi mente, sus aplausos cínicos resuenan en el gran salón, con risas y carcajadas estridentes. Mientras tanto, más allá de las murallas del castillo, en la vida real, familias enteras se van a la calle, los jóvenes pierden su papel en la sociedad, países se enfrentan, el planeta se ahoga en humos tóxicos y los niños empiezan a pasar hambre en el colegio para poder cenar el fin de semana en McDonalds.

 

A pesar de todo… ya no quiero ser ninguna princesa, no quiero ser rey, tampoco súbdito, no quiero formar parte de ese teatro. Prefiero esconderme tras las cortinas, junto con el resto de millones de personas que necesitamos un cambio, prefiero ser la bruja que espera el mejor momento para desmontar el tinglado.

 

La dulce Anaïs ya no estaba. Tras ser coronada se volvió impertinente y se pasó el resto de la mañana pidiendo a Libo todo tipo de tareas: ella escogía el juego, ella mandaba y la casa era su reino porque era su cumpleaños. Al final Libo, humillado, se hartó y decidió dejarla sola con sus juegos, al fin y al cabo, la corona solo era un trozo de cartón.

Martes 11/03/2014

ALEX CARVI

Podemos decir que la monarquía en España existe desde la Edad Media, cuando los llamados reyes católicos contrajeron matrimonio para unificar territorios. Desde el 1469 al 2014, la corona ha conseguido persistir a todo tipo de cambios históricos sobreviviendo hasta la actualidad. Es entendible la figura de un rey en un contexto medieval o antiguo, pero hoy en día, a mi parecer, es una tradición secular imposible de desprendernos y da una sensación de anacronismo desacorde con la época que vivimos. El contexto de crisis no ha hecho nada más que cuestionar la dinastía borbónica, donde el mero hecho de tener la sangre azul te soluciona la vida. Es un derecho hereditario totalmente intolerable. Pero mi pregunta es: ¿Por qué gran parte de la población inglesa aprueba la monarquía británica y la mayoría de españoles queremos derrocarla?

 

La respuesta se basa en un concepto social, donde los británicos están encantados de pagar las bodas y los caprichos de la familia inglesa; para ellos, la monarquía representa la unidad nacional y el patriotismo británico. Allí se refleja una sociedad antigua y complicada, la cual respeta el espectáculo teatral de la dinastía. En el caso de la española, podemos dividirla en dos partes: - Aquellos sectores más tradicionales de la sociedad que aún creen en la figura mediadora e interventora del Rey. – Y la gran mayoría de la población, que cree que el papel de la monarquía es totalmente obsoleto y sustituible, ya que no aporta nada a la sociedad, únicamente pérdida de dinero y portadas de revistas de la prensa rosa.

 

Aunque mucha gente esté en contra, la familia real sigue inamovible y firme recibiendo dinero de toda la población. Mi punto de vista es que cualquier ministro puede desenvolver el papel del Rey o del príncipe, que es puramente presencial ( estrechar manos). ¿Alguien me podría explicar qué hacía el príncipe en el Mobile Congress de Barcelona?

En conclusión, gran parte de la sociedad está en contra, y en una democracia real el pueblo debería decidir, pero aquí en nuestro país hablamos de democracia cuando nos conviene.

ABRAHAM HUNT

Miércoles 12/03/2014

 

 

 


 

Todo lo relativo a la casa real es un tema muy caliente, y me gusta la idea de dar mi opinión.

 

Cuando hablamos de reyes siempre me da por pensar en épocas feudales, en Robin Hood y en mosqueteros. Eran épocas antiguas donde los reyes mandaban sobre el pueblo y velaban por él.

Decidían, mandaban, ordenaban e incluso condenaban.

 

Las cosas han ido "evolucionando" hasta llegar a esto...Un grupo de personajes que viven a costa de ser quienes dicen ser.Que cobran miles de millones y que ven que su supuesto país pasa hambre, que su gobierno es corrupto y no hacen nada.

¿Por qué?Pues fácil.

 

Han ido quitándose faena de encima hasta cobrar por no hacer nada.Estamos manteniendo a unos vividores que hablan de valores que no saben qué significan.Que son corruptos.Y lo que es muy triste es que además los pilla la poca justicia que queda, y usan sus poderes para salir impunes.

El pueblo no debería temer a sus gobernantes ni mucho menos a esta gente...Ojalá algún día el pueblo se levante y demuestre que la venda que tapaba sus ojos se les ha quedado grande.

Jueves 13/03/2014

IRAIDE OLALDE

Igual os suena esto que os voy a contar. Una vez, hace ya bastantes años, pagué una boda y no fui. Me explico; ni comí la tarta nupcial, ni me puse meses antes a dieta para entrar en un apretado vestido ni tuve la resaca que toda boda conlleva. Y quizás es esto último lo que más me fastidia, entre otras muchas cosas; porque desde luego, la fiesta, con lo que costó, tuvo que ser a lo “Resacón en las Vegas”.

 

¿Ya sabéis de qué boda hablo? Os doy una pista más; vosotros también pagasteis. Y no, no fuisteis. Hablo de la boda que colapsó las calles de Madrid, la que ocupó portadas de periódicos nacionales e internacionales y la que convirtió a una periodista en princesa. Así. De buenas a primeras.

 

Felipe y Letizia. Una boda de nada más y nada menos que 40 millones de euros. Ya veis, algunos sufriendo por pagar un mísero alquiler, otros planteándose muy mucho el tener un hijo con la que está cayendo, y nuestros queridos príncipes, princesas, infantas, reinas y demás, como quien oye llover.

 

Para entrar en materia, os dejo unos datos. El vestido de la novia costó 6.000 euros. Los reyes pagaron la vestimenta de la familia Ortiz. El Ayuntamiento de Madrid invirtió un total de 9 millones de euros en adornos, iluminación y otras infraestructuras para embellecer las calles de la capital. En seguridad, Interior gastó unos 7 millones de euros. El Patrimonio del Estado invirtió además 825.000 euros en decorar La Almudena (¡Ay, lo que decoraba yo con ese dinero!). El acondicionamiento del Patio del Príncipe para acoger al convite costó 1,3 millones de euros. Para atender a todos los invitados se instalaron 27 cuartos de baños provisionales con un coste de 275.000 euros. 87.000 euros en alquiler de vajilla e invitaciones de boda con un coste total de 36.000 euros. Podría seguir, pero sólo diré una cosa más: Ese mismo año, la Casa Real pidió un aumento al Gobierno de 300.000 euros sobre su asignación habitual, que por aquel entonces, era de 7.51 millones. Y a mí, que me da vergüenza pedir 20 euros a mi padre después de independizarme.

 

Creo que no es necesario escribir conclusiones, ni decir obviedades. Pero no hace explicar de dónde proviene ese dinero. Y es que, según dice la Constitución: “El Rey recibe de los Presupuestos del Estado una cantidad global para el sostenimiento de su Familia y Casa, y distribuye, LIBREMENTE, la misma”. Y ese año, pues toco una “bodita”.

 

Que queréis que os diga. A algunos les parecerá un cuento de amor; esto del príncipe, la princesa, la infanta y su marido el chorizo. Pero a mí, desde luego, me parece un auténtico chiste.

 

 

 

 

 

Viernes 14/03/2014

BORJA HEREDERO

Actualmente las familias luchan a diario por sobrevivir, por mantener a flote su economía a base de trabajo y esfuerzo. En muchas ocasiones incapaces de conseguirlos se ven sumidas en la desesperación, una sensación extendida por el territorio español, pero que a la casa real poco parece importarle.

 

Tiempo atrás, nuestra monarquía fue a su vez una solución y una salvación, acompañada de una constitución y un nuevo despertar de un país en momentos de penurias. A dedo fueron elegidos, la mejor opción de aquel ayer, pero hoy por hoy con los tiempos en los que vivimos, nuestra monarquía es totalmente innecesaria.

 

Muchos los españoles que desde el principio de la crisis han sacrificado vacaciones y sueños mientras la casa real montaba en el velero bribón, pagado con nuestro dinero. Mientras el pueblo ve reducidos sus derechos laborales, nuestro querido duque de palma desviaba millones de euros a sus cuenta privada sin ningún pudor, a sabiendas de su mujer,la hija del rey y soberano del estado que en vez de dar ejemplo intento tapar el asunto.

 

Reyes de España, duques de Palma y Príncipes de Asturias, títulos y patrimonio, viajes y cacerías, actos y eventos, una vida a cuerpo de reyes, nunca mejor dicho, pagada por el ciudadano, por el pueblo que deben cuidar y mantener.

 

Casa real se hacen llamar, pero para mi no son mas que personas que aprovechan y exprimen el regalo de un dictador moribundo...

 

 

 

Frase del Director

 

 

* La realeza un titulo tomado a costa de un pueblo que sufre su sutil tirania*

 

 

 

 

 

 


 

 

Sábado 15/03/2014

MIGUEL P.CAMPS

"Expresador" invitado

La casa real; que ni es casa porque vive en palacios heredados de cuna, ni es real porque no vive la realidad social de sus súbditos. Tras una serie de escándalos varios que todos conocemos, y muchos otros que nunca saldrán a la luz, la casa real está en el punto de mira; los motivos sobran, pero vamos a desglosarlo como la ocasión lo merece.

 

Érase una vez un señor que disfrutaba de la caza mayor, un señor de dudosa puntería y de dicción balbuceante. Este señor tenía un reino que iba bien según un expresidente bigotudo, todo era jarana, alegría y alboroto, sus hijas se casaron con hidalgos altos y nobles, uno de dudoso gusto al vestir, y otro atleta de élite, un gran jugador de talonmano. Pero la felicidad fue completa cuando el príncipe se casó con una periodista criada en la TVE de Urdaci y sus simpáticas bromas con siglas. Como dije, todo era alegría, jarana y alboroto hasta que este señor se hizo mayor y se empezó a desmontar como un Mr. Potato.

 

Ya no es por ser republicano, que sí, ya no es por caridad humana, que también, pero ¿es que nadie va a recomendarle a este señor, que ante todo es un ser humano, que se retire a sus aposentos, a cazar pies dignas de un trofeo de tasca de esas que te ponen callos, fritura y sol y sombra? ¿Sus asesores no atisban el final cruel de este señor que balbucea en sus discursos de unión, progreso y democracia? La línea dinástica nos ofrece una alternativa joven, preparada, y sobre todo con liderazgo. Siempre que le deje su mujer, claro.

 

La hija mayor de este señor, divorciada, o como dicen ellos, en un cese temporal de la unión matrimonial, zarandajas.. se alejó del foco mediático, foco que heredó la princesita catalana, que si bien no nació en mi bella patria, vivió en ella, trabajó (o eso dicen) y crió a sus 4 hijos, todos rubios y fornidos como su padre el jugador de talonmano. Pero, ¡oh tragedia, la justicia les imputó un delito fiscal! ¿Dónde se ha visto que la justicia toque a la casa real? Innominia, que desdichada se halla la familia con este hecho, tan desdichado se hallaba este señor rey que se fue a cazar elefantes y se rompió por enésima vez la cadera, pobre hombre… ¿Nadie le dirá que pinta menos que el plastidecor blanco?

 

Por último y sin ánimo de ofender a los que aún creen en la monarquía parlamentaria, jugaremos a las diferencias.

 

1, monarquía: dícese del sistema de representación exterior del reino de España. Vaya, que tenemos un RRPP que nos sale carísimo; creo que tengo amigas que lo harían mejor y con menos gasto.

 

2, parlamento: dícese de esa cámara donde en teoría se representan todos los españoles. Pese a que pueda parecer caduco, las leyes importantes, los cambios de gobierno y demás, los debe aprobar el rey, que como veis no va en mayúscula ya que no me representa en absoluto. El debate monarquía vs república no es el central en este caso, por coherencia, por edad, porque sí, señor rey, retírese!

 

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