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Lunes 24/03/2014

ADIAROZ SÁNCHEZ

El arte no entiende de clases sociales. El arte se siente, se transmite y se vive intensamente sin importar el espacio o el instante en el que se produzca. Si viajas en metro, si coges un tren o simplemente paseas por la calle y oyes una canción que rompe con el tumulto, que irrumpe en el caos de tus pensamientos y que te sumerge en miles de sensaciones inexplicables párate, observa y escucha.

 

La música no surge sola siempre hay alguien que la crea y la difunde. Normalmente si oímos una melodía, mientras estamos inmersos en el ir y venir de nuestra rutina, no nos preguntamos qué hay detrás de ella. Nos hemos habituado ya tanto a que esté “ahí” que creemos que ya es un elemento más del entorno. Pero no es así. Alguien toca, alguien canta, alguien depende de que te gires y saques unas monedas para poder seguir viviendo y emocionando a la gente.

 

Seguramente, esa persona ha debido de pasar numerosas pruebas y calamidades para poder estar ahí. Porque hasta para estar tirado en el suelo pasando frío, calor y padeciendo, casi constantemente, la terrible indeferencia hay que superar un “casting”. Y si un día cualquiera te paras y escuchas a ese “alguien” quizás pienses y te preguntes cuánto talento hay en las calles y cuánta carencia de este hay en muchos escenarios internacionales.

 

La ignorancia es la única barrera que no puede superar el arte. Si siguen prohibiendo o poniendo impedimentos para que los músicos sin recursos nos deleiten, puede que pronto ya no haya nada que mientras paseas, mientras vas en metro o en tren rompa con el tumulto o irrumpa en tu ocupada mente. Si el silencio llega un día a llenar el lugar de esa canción que aunque solo sea durante unos instantes te arranca una sonrisa, un recuerdo, una emoción sentirás que ha muerto mucho más que el arte.

 

 

Bajo la fachada de regularizar la seguridad de los músicos del metro se esconde una profunda delimitación de la creatividad de estos.

 

Antes del 2001 los músicos del metro eran pocos y estaban desperdigados, pero con la nueva ley de supuesta protección y regularización del sector les han obligado a ajustarse a unos parámetros muchas veces irracionales ya que por ejemplo para los paseantes de los túneles nos da igual que un músico toque tres canciones o toque veinticinco, ya que cuando pasamos lo único que calma nuestro tedio es su música, no su memoria.

 

Los paseantes de un metro a otro, no exigimos que la melodía que nos acompaña sea de un primer violín o del artista del año, ni mucho menos. Muchas veces estás tan cansado, ensimismado o preocupado que el sólo hecho de escuchar cuatro notas ya es suficiente para esbozarte una sonrisa. Las piezas de los músicos del metro van dirigidas a los ciudadanos que pasamos por su lado cada día y si nosotros no somos exigentes con ellos, ¿Por qué entonces tienen que limitarlos?

 

Yo sería exigente si voy a la ópera y los cantantes lo hicieran mal, o si después de haber pagado para ir a un concierto, el cantante estuviera afónico; pero con los músicos del metro no puedo tener esa exigencia porque no sería justo. Ellos ofrecen su talento a la boca del metro, mezclándose con el zumbido de los frenos del tren, el sudor de los transeúntes, sus pasos, su prisa, todo va rápido a su alrededor pero ellos siguen tocando, mantienen la calma, mantienen la música y nos la regalan.

 

Abogo por un metro lleno de gente y artistas libres. Quiero que haya músicos en el tren, en las vías del metro porque me transporta a otro lugar, dejo de pensar en lo que me asusta, me preocupa y empiezo a vivir. Y eso sólo es posible si los dejamos libres, para poder crear. Porque si aprisionas o delimitas a un artista, se marchita, desaparece poco a poco, deja de tocar y se va.

Martes 25/03/2014

CAROLINA FIGUERAS

Miércoles 26/03/2014

LUCIA HERRERO

¿Os suena de haber oído que a cualquier sonido se puede considerar música? no estoy del todo de acuerdo, pero es verdad que el arte está en el aire, sobre todo en ciudades multiculturales como son Barcelona o Madrid.

 

Me encanta ir por la calle del Carmen y escuchar a Vivaldi o a Mozart, escuchar rock en la calle Preciados, o el arpa cerca del Palacio Real. La ciudad no duerme, hay músicos en la puerta del metro de sol a la una de la mañana, todas estas personas son las responsables de poner banda sonora a nuestra rutina, a nuestros paseos y a nuestra vida.

 

Siempre que voy en metro hago trasbordo, y me gusta pensar o intentar adivinar quién estará ese día tocando en ese rinconcito donde se dividen dos líneas de metro, música con cubos, con vasos, guitarra o saxofón, y mientras subes la escaleras no puedes evitar darte la vuelta y disfrutar de ese sonido, para mi música, para los demás quizá no.

 

La música callejera forma parte de la ciudad y de las personas que vivimos en ella, se puede cantar mejor o peor, tocar mejor o peor, pero sigue siendo música y para gustos…

 

¿Castings y pruebas para tocar en la calle? ¿Un carnet que te dé derecho a hacer música? No sé hasta que punto esto hace que la inspiración de los artistas se despierte una mañana y diga, “hoy voy a tocar para la ciudad”, no hay que cortar las alas a nadie, es verdad que en algunas ocasiones puede ser molesto o considerado ruido, pero para mí aunque no todo es música si que admiro a quien se pone ahí, delante de todos, e intenta conquistar a las personas que pasan por allí, y consigan no solo una moneda si no también un aplauso.

Jueves 27/03/2014

IRAIDE OLALDE

El pasado verano el Ayuntamiento de Madrid anunció que los músicos callejeros tendrían que obtener un permiso especial para tocar en la calle a través de unas “pruebas de idoneidad”. Hasta entonces, la actividad musical callejera estaba sujeta a la normativa de la Zona de Protección Especial Acústica. A esta regulación, se le suma ahora este “casting” para poder tocar en la calle. Unas pruebas de aptitud que son requisito indispensable. Condición sine qua non.

 

El Ayuntamiento de Madrid realizó el casting municipal con secretismo, casi como si se quisiera ocultar. Un casting que, nada más comenzar, revolucionaba las redes sociales, por, según muchos ser una “farsa”. Un jurado sin identificar, personas con amplia experiencia en la música descalificada, criterios de selección no explicados… Músicos contratados previamente por el Ayuntamiento, fueron descalificados. Algo que muchos no entendieron. En total se hicieron 280 pruebas, de las cuáles 176 fueron positivas.

 

Y la autorización no lo es todo. Hay más. Los músicos no pueden actuar en espacios denominados de “Contaminación Acústica Alta”; en viales cuya anchura sea menor de 7 metros; en acceso a viviendas, locales o puntos de visión de los escaparates. Además, tendrán que mantener una distancia mínima entre ellos no inferior a 75 metros lineales. No podrán actuar en hora de siesta, ni más allá de las diez de la noche, excepto en verano.

 

O es que Ana Botella ha visto demasiado “La Voz” y se ha quedado más para allá que para acá, o de verdad, hay algo en todo esto que no consigo comprender. Sin entrar en detalle de lo absurdo de la historia, de la necesidad derepente de realizar audiciones para conseguir una autorización, y de los horarios de “concierto”, parémonos a pensar en aquellos que no superaron la prueba. Aquellos que se pasaban largas horas sobre un frío suelo tocando lo poquito, o mucho, que sabían de un instrumento. Por unas míseras monedas lanzadas sin mucho cuidado en una sucia gorra. Aquellos que no tenían otro remedio que poner banda sonora a una vida ajena para alimentar la suya propia.

 

En un casting donde el jurado apenas se identificaba, y los criterios no eran explicados, me puedo imaginar cómo fue ese 30% de personas que no superó la prueba. Me puedo imaginar a la perfección cuál era el objetivo de este casting. ¿No es quizás una vaga excusa para prohibir tocar? ¿Para eliminar a su antojo aquellos músicos callejeros que no les agradan?

 

Uno de los grupos que realizó el casting consiguió meter una cámara oculta, y me quedo con su canción para describir esta situación, sacada casi de película de ficción : "¡Ay Madrid, pobre ciudad mía! Que te quitan artistas para poner policías (...) ¡Esta ciudad no es para artistas, es la de bandidos!""¡Gracias alcaldesa! Por cerrar y privatizar nuestros teatros, por cerrar todas las salas de concierto poco a poco, por permitirnos hacer una prueba para tocar en la puta calle".

 

 

 

 

 

Viernes 28/03/2014

¿Regular o prohibir la música callejera? 

 

<<La música; el arte de las musas. Una combinación coherente de sonidos y silencios.Donde se manifiestan sentimientos, circunstancias, pensamientos o ideas.Nacida en la prehistoria, en la más profunda naturaleza>>

 

Debemos recordar que en los años sesenta, Bob Dylan se hacía músico en las calles, igual que una cantidad de artistas que han aprendido de igual modo.Es espontaneidad. La libertad del artista, la expresión y el crecimiento personal.

 

Es indignante que se le otorge tal exigencia. Es como si les echasen del trabajo.En 2012 se empezó a prohibir la música callejera.

 

Hacemos un pequeño repaso de las normas:

· Prohibición de 15h a 17h.

· Actuar a 3 metros de distancia de terrazas y veladores.

· Guardar distancia mínima de 75 metros entre músicos.

· Rotar cada 2 horas de lugar, y anualmente se podrán prohibir más zonas donde poder tocar.

 

Los músicos que no obtengan la licencia para tocar, se enfrentan a la imposición de sanciones; tales como multas que pueden alcanzar hasta los 750 euros y la incautación del instrumento.

 

No debemos confundir el ruido con la música.El ruido, como las obras, los vehículos... a pesar de formar parte de nuestro día a día, es un sonido incómodo y molesto.

La música también forma parte de nuestro día a día, de las ciudades, pero les da ese ambiente y ese encanto tan especial; detrás de ella hay personas que luchan por hacer lo que les gusta y vivir de ello.

 

Personalmente estoy totalmente en contra de esta nueva normativa.

Nadie tiene derecho a cortarle las alas a nadie.

 

Los músicos son personas que te hacen sentir sin tocarte, sin decir ni una sola palabra... y eso, amigos, eso sí que es ser un artista.

 

Estamos hablando de músicos, no de delincuentes!

LORENA FERNANDEZ

"Expresador" invitado

sábado 29/03/2014

BORJA HEREDERO

En toda su inmensidad la música es aquello que existe desde nuestros inicios, quizás incluso antes del que el ser humano tuviera conciencia para razonar y expresarse, la música formaba parte ya

de nuestro planeta.

La misma tierra que pisamos ha emitido durante milenios sonidos y melodías de extrema belleza y hermosura y los humanos hemos sido capaces durante nuestra evolución de hacerla parte indispensable de nuestro mundo.

 

¿Alguien se imagina un mundo sin música?

 

Un arte capaz de conquistar corazones, de transmitir todo tipo de sentimientos y emociones, erizar la piel, hacernos soñar y sonreír, un arte que en su esencia es todo para una persona.

 

Sin entrar en temas de beneficios, permisos y demás, quiero hacer una reflexión sobre la tremenda decisión tomada por Barcelona y Madrid al pretender enmudecer a auténticos artistas, autores y cantantes que sin hacer ningún mal ejercen su derecho a crear y a mostrar sus mas profundos sentimientos son privados de hacerlo en la misma calle, lugar en el cual nacen la mayoría de los grandes genios.

 

¿Alguien se imagina las ramblas de Barcelona o la puerta del sol de Madrid sin música? 

 

A mi modo de ver esta situación, me parece lamentable que se regule el poder expresar, el poder ejercer y demostrar tu arte en un lugar publico.

Quizás en un futuro, en París se prohiba poder pintar si no eres un maestro del pincel o en Brasil bailar la samba si no tienes ritmo...

 

La música es un tesoro y si lo vamos enterrando llegara un día que no recordaremos donde esta...

 

 Os adjunto un pequeño escrito que hice en mi pagina de Priam Luna sobre La música y tu vida.

Espero que os guste.

Que la música no deje jamas de sonar.

 

La música y tu vida

 

Las notas resuenan en mi cabeza, mis pasos constantes al ritmo de una melodía imaginaria.

 

Su letra me transporta, desaparezco en alma mientras mis pies siguen su camino.

 

Ausente, perdido en los recuerdos te subes en el ascensor, cierras los ojos y quedas suspendido en un instante, no eres tu, no es un ascensor, es tu vida que sube y baja.

 

No te das cuenta que estas perdido. Se acabo, la melodía termino y vuelves a tu cuerpo, se fueron los recuerdos, vuelves a estar bajo la influencia de la infelicidad, pero el eco de su melodía te recuerda que solo tu lo puedes cambiar... 

 

Frase del Director

 

 

 * La música es aquello que te hace creer en todo lo que eres capaz de imaginar*

 

 

 

 

 

 


 

 

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