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Lunes 26/05/2014

ABRAHAM HUNT

Cariño, hace semanas que te veo preocupada...

 

OPERACION BIKINI

 

Querido mundo

Querida la vida que tanto queremos apreciar

Hoy engañas a la mente

Viendo fea a la gente que hermosa es por dentro

Creando miedos e inseguridad

Por no tener un par de tallas menos

Esas personas

Que exigen amor verdadero

Pero realmente no comen por sacar un cuerpo a exhibir

Hoy no escribo como una critica

Ni pongo la voz en el cielo

Hoy solo quiero abrir los ojos

Dar alas a los que viven con miedo.

A esas personas que solo piensan en que su cuerpo es lo mejor de ellos

Hoy si hoy,

Hoy es ese día en el que espero que te des cuenta

Que lo más grande que tienes y tendrás

Es lo que llevas dentro

La gente vive con el modelo a seguir

De personas que solo tienen pre- potencia y físico

El deporte es salud

La salud da vida

La obsesión la quita

Las personas que se burlan de ti

Por no poder lucir un bikini

O por llevar un bañador con Michelin

Son personas vacías por dentro.

Cuídate

Haz deporte

Se feliz

Alimenta el cuerpo si tienes hambre

La mente si tienes ganas

Alimenta tu vida siendo feliz

Y si tienes que hacer una operación bikini

Solo has de seguir dos pasos

 

Ponerte un bikini o un bañador

Y disfrutar en la playa en la piscina o donde quieras.

Saltarse comidas, renunciar a dulces, pasar hambre, dietas arriesgadas, sustitución de comidas… Todo para mejorar nuestra imagen física, pero lo que todos deberíamos preguntarnos antes de nada es si lo hacemos para sentirnos mejor con nosotros mismos o para los demás.

 

Sin duda, si lo hacemos para ellos estaremos demostrando que somos peores que los que nos juzgan por nuestro aspecto, ya que los anteponemos a nosotros mismos. La autoestima debe nacer de nuestro interior, no en un espejo. Aceptarnos tal y como somos y cuidar nuestro cuerpo nos ayudará a ser más felices.

 

Si lo que queremos es gustarnos cuando nos vemos o sentirnos bien con nuestro cuerpo, no podemos someterlo cada año a ese maltrato alimenticio. Nos pasamos nueve meses pegándonos la vida del perro pachón para arrepentirnos, sufrir tres meses y tan solo lograr deteriorar nuestra salud. La salud se pierde día a día y no se puede recuperar en un mes ni en tres. Con mantener una dieta equilibrada y variada y realizar un mínimo de ejercicio diario, lograremos mantenernos aptos para cualquier playa o espejo.

 

Comprendo perfectamente que queramos vernos y ser vistos “bien”, pero eso no es sinónimo de “en los huesos” ni como culturistas. Un cuerpo sano es uno bien alimentado y lubricado.

 

Hay mucha gente sana que tiene que oír que le sobran o le faltan unos quilos, pero eso lo debe decir un médico, no un vecino. Nuestro aspecto físico debe dictarlo nuestra salud, no nuestro espejo y mucho menos las palabras de quien tan solo juzga. No somos iguales y lo que para uno puede ser sobrepeso, para otros es un cuerpo saludable. De todas maneras, debemos recordar que el cuerpo humano está hecho para realizar actividad física y debemos contentarlo. No es necesario convertirnos en ironmans, pero sí hacer trabajar a nuestros músculos y hacer bombear con fuerza a nuestro corazón una horita cada día. Con esto y una dieta sin excesos, nos sentiremos felices y satisfechos de nosotros mismos.

 

La operación biquini comienza cada año con la publicación de numerosas dietas milagrosas en webs y revistas que incitan al “delgadismo”. Somos atacados constantemente con imágenes de cuerpos esbeltos, sin forma, raquíticos que tan solo demuestran síntomas de inanición e inconscientemente asumimos que esa es la figura perfecta. De esa manera, leemos cómo quieren hacernos creer que lograron ese cuerpo y comenzamos a maltratarnos. No vais a lograr nada. De verdad.

 

Siempre he comido poco en comparación con los que me han rodeado, y aun así, pasé toda mi infancia y parte de la adolescencia con un importante sobrepeso y no fue nada fácil. Todos sabemos cuan crueles son los críos y los adolescentes con cualquier persona que muestre debilidad o diferencia. Los insultos, las agresiones, hicieron que prácticamente dejara de comer durante mucho tiempo, logrando tan solo caer enfermo demasiadas veces. Anginas dos o tres veces al año, mononucleosis, gripazos constantes… Todo por maltratar a mi cuerpo por culpa de tan solo ver lo que me mostraban. Supongo que sufrí algún tipo de depresión o similar, aunque en aquella época decían que era un vago. No quería ir al colegio, no salía a la calle más que con los verdaderos amigos que tuve y en más de una ocasión me asomé al tejado de mi casa desde demasiado cerca. Por suerte, mis compañeros consiguieron que fuera un cobarde. Nadie vio cual era el motivo de mi pasotismo y eso mismo pasa hoy en día, aunque en esta ocasión provocado por los medios de comunicación.

 

A los 17 años, mi cuerpo cambió por completo y crecí más de 20 centímetros conservando el mismo peso. Mi complexión pasó a ser media y comencé mi vida laboral realizando grandes esfuerzos físicos. Esto me llevó a un cuerpo atlético. Los años me han presentado a muchos de los que me marginaron y ahora sufren el sobrepeso que padecí. Al mirarme pude leer su arrepentimiento y aun habiéndolo hecho antes, volví a perdonarlos.

 

Ahora sigo una dieta equilibrada y practico deporte (poco) a diario puesto que tan solo tengo un cuerpo, es el que me ha tocado y debo cuidarlo. Mi infancia me ha hecho ser más fuerte e inteligente y los años han pasado por todos.

 

Así que siempre que alguien critica cualquier aspecto de mí, recuerdo que lo que no me mata me hace más fuerte y que una mente sana requiere un cuerpo sano.

Martes 27/05/2014

AXEL FERNANDEZ

Entra en el colegio, cabizbaja, pensativa. “¿Estaré guapa hoy? Esta camiseta me sienta bien”. En ese momento dos hechos lo cambian todo. Primero, se cruza con esa niña perfecta de su clase, tan delgada, estilizada, de dulce cara, pelo lacio y sonrisa perfecta. Después escucha tras de sí alguien que le habla a susurros: “Gorda”, seguramente alguna broma de mal gusto de un niño inconsciente. Ahora la camiseta ya no le parece bonita “Me hace demasiada barriga, nunca podré ser como ella, estoy muy gorda”.

El resto de su día, triste. El resto de su niñez, de su adolescencia, de su vida, una lucha constante por quererse a sí misma.

 

Hoy no os puedo hablar de Libo, hoy no. Hoy os hablo de mí porque soy víctima de dos cosas: La primera una genética que me hace propensa a tener “”quilos de más””, la cual cosa me planteo qué significa, ya que me encuentro en perfecto estado de salud, incluso gozo de buenas cualidades para el deporte, que además me encanta practicar. Supongo que ese “de más” es un valor que no depende de nada puramente científico, sino de algún tipo de baremo social que dice que si mi estructura corporal no es la de un vientre plano, piernas ligeramente separadas entre sí y brazos finos, hay algo que sobra en alguna o varias partes.

 

La segunda de mis cruces está directamente relacionada con lo primero, soy víctima de una sociedad en la que existe un modelo físico exigente y casi imposible de alcanzar para mí y para otras muchas personas. Vivo en una sociedad basada en patrones físicos, hay publicidad de mujeres de cuerpo perfecto en todas partes: la televisión, las revistas, la parada del autobús. También surge en muchas conversaciones: “Aquella está muy buena, éste tiene un polvo, esa no que está muy gorda, tu amigo no me gusta porque está demasiado flaco”.

 

Y cuando he dicho que soy víctima de estas dos cosas, no se trata de que quiera caer en el error de dar pena o de encasillarme en un papel social pasivo y victimista. Cuando digo víctima es porque yo fui una de esas niñas que han crecido inseguras de sí mismas, incapaces de encontrar amor propio, obsesionada por mi aspecto físico, por cómo me ve el resto, llorando muchas veces por la falta de autoestima, incapaz de verme a la altura de conseguir estar con alguien que me gusta por el simple hecho de no tener unas cuantas tallas menos. Yo fui una de esas niñas que se veían gordas en el espejo, independientemente de pesar 50 o 90 kg. Aún soy esa niña, porque aún hoy se acerca el verano y me planteo cómo puedo hacer para conseguir estar más delgada para dentro de unas semanas no pasar la vergüenza de cada año al ir a la playa, después de un intenso y absurdo debate en mi cabeza con si llevar bikini o bañador de una pieza.

 

HOY SIGO SIENDO UNA DE ESAS NIÑAS Y DIGO BASTA.

 

Mi operación bikini, tú operación bikini… debería ser una operación de aceptarte y quererte a ti misma/o, tal y como eres. La operación bikini de todos debería estar en la mente, a la hora de mirar a las personas que nos rodean por como realmente son, y no en función de un patrón imposible.

 

Un día por la calle un señor me dijo "Estás un poco gorda". La palabra gorda resonaba en mi cabeza, como tantas veces en mi infancia y adolescencia, cuando no tenía la fortaleza de ahora y ese eco me retorcía el alma. Seguí caminando y pensaba en la pena que me daba ese hombre, objeto de esta sociedad esquelética, hambrienta y manejada. Pena por las chicas que como yo antaño se retuercen por una palabra mal dibujada... sois bellas, con 45, 65, 70, 80, 90 quilos y los que sean, siempre que vuestra salud no se resienta y siempre que os miréis al espejo y sepáis ver vuestra verdadera belleza. Soy 70 quilos de puro amor, y soy preciosa.

 

Miércoles 28/05/2014

ANNA BAÑON

El culto al cuerpo, más conocido entre los comunes con un llanero "ir al gimnasio", es algo más que entrenar y machacarse, es un estilo de vida.

 

Los hay que se ceban a hamburguesas, golosinas, pizzas, fritos... Y los hay que disfrutan con una buena ensalada, un plato de arroz con atún o un sabroso filete a la plancha.

 

El culto al cuerpo es pues, el resultado conceptual de la combinación de autoestima, pasión por el deporte y el comer sano, o limpio (tal y como se conoce en el argot del fitness).

Sacrificio, constancia o motivación, son algunos de los factores más determinantes en la consecución del objetivo. Una finalidad individual, intrínseca en la mente de cada practicante.

 

A ignorancia de algunos y falsedad de otros, la gran mayoría de los usuarios de gimnasio y los deportes en general, refuerzan su rutina deportiva y dietética con otras substancias (y no hablamos de los famosos batidos proteicos, que al fin y al cabo, no dejan de ser un simple bistec en polvo). Antes de citar según qué, los comunes deberían informarse un poco y no despotricar milongas, ya que es muy fácil hablar de lo que no se sabe y mucho más mentir.

 

Hecho el inciso, la playa, el verano o el perder peso, son algunas de las excusas que toma la gente para ir al gimnasio o empezar un deporte. Sin embargo, ese es el mayor error. El arkhé de la práctica debe ser pasional... Ganas de sentirse bien con uno mismo, autoexigencia, disciplina, superación y placer deportivo.

Tomarse como finalidad una época del año, nos llevará a una profunda frustración, al fracaso personal.

Ir al gimnasio debe convertirse en un gozo, en una necesidad de bienestar, un momento de máxima desconexión laboral-personal y máxima concentración corporal, un tiempo de desahogo.

 

Los resultados tardarán en llegar, como muy pronto meses, años... Y no será hasta entonces, cuando empecemos a ver los frutos y valorar nuestro rendimiento. La paciencia es pues, la que guiará el camino.

Un camino que se irá dibujando con la rutina: entrenamiento y alimentación. Sí uno de los dos falla, estamos perdiendo el tiempo.

 

Como consejo, diré que siempre es mejor asesorarse por un profesional, una persona que con experiencia, capaz de adaptar nuestros objetivos al mundo real (trabajo, familia, poder adquisitivo, etc). Esto nos evitará una serie de problemas que, desde la ignorancia, difícilmente podremos resolver.

 

El culto al cuerpo, la figura más conocida del cual es "el cangrejo" o "el croasán", es algo más que hincharse, es algo más que ponerse fuerte... Es una forma de vida que muy pocos entienden.

Moldearse para vacilar está muy bien, pero es mejor hacerlo para endurecer la mente.

 

 

 

 

 

 

 

 

FRAN HURTADO

Jueves 29/05/2014

"Declaro la guerra a la Operación Bikini". Hace apenas un mes que publicaba estas palabras en mi facebook, junto con bastantes más, en aras de abrir los ojos a alguien, en un intento (que consideré inútil al principio) por hacer entender que se nos vende una imagen irreal del cuerpo ideal. Pero esta guerra lleva declarada años. “Operación Bikini” sólo me trae a la cabeza tres palabras: ejercicio y dietas absurdas.

 

Bien, el ejercicio es sano y necesario. De hecho, nuestro estilo de vida sedentario exige que compensemos todas las horas que pasamos sentados con horas de actividad específica. Hasta aquí bien. Pero pasemos a la otra estupendísima palabra que completa la idea de Operación Bikini: dieta. La palabra dieta lleva a muchos errores. Distingamos sus dos caras:

 

a. Entendida como hábito alimenticio habitual de una persona, en relación a su modo de vida.

 

b. Entendida como pautas alimentarias que una persona sigue durante un tiempo limitado con la intención de que ésta produzca algún cambio en su organismo.

 

No son definiciones de diccionario, pero creo que estaréis conmigo en que encajan con la realidad. Pues bien, la dieta en referencia a unas pautas durante equis tiempo es la que se traduce en "Dietas milagro". ¿Os suenan de algo los "sustitutivos alimenticios", las "píldoras adelgazantes" o los nombres "Dukan" o "Alcalina"?

 

He visto de primera mano el funcionamiento de estas dietas. Se trata de algo cíclico e inútil: la persona en cuestión se motiva mucho al principio, y sigue a rajatabla los mandamientos de su dieta. Pero con el tiempo, las rutinas que tenía establecidas anteriormente vuelven, y la dieta se cae por su propio peso. Por si teníais dudas, la persona vuelve a tener el cuerpo del que quería deshacerse. Hablo en general, ¡siempre hay excepciones! Pero es puro sentido común: una persona busca una dieta porque sabe que hay algo en sus hábitos de alimentación que no está bien y quiere ayuda profesional para cambiarlos; mucha fuerza de voluntad deberá tener para que 40 años de comer siempre de la misma forma evolucionen a una dieta sana y equilibrada. Que bueno, esa es otra... Estas dietas milagro se basan por lo general en multiplicar o desechar la ingesta de ciertos alimentos. Lo cual no creo que sea especialmente sano, o sencillamente aplicable a largo plazo. De hecho, más de una ha supuesto polémica entre los profesionales de la salud por sus efectos a largo plazo. Por no mencionar los sustitutivos. ¿Sabéis que muchas de las barritas y batidos que venden como tal empezaron siendo medicamentos para los enfermos que necesitaban aportes calóricos o de proteínas? No sé cómo adjetivar esta situación, la verdad. Y tampoco soy capaz de entender a quienes lo toman, con el placer que supone comer...

 

En fin. Lo único positivo de la Operación Bikini es que en ocasiones la gente decide empezar a preocuparse por su salud. Es un buen comienzo, sea por los motivos que sea. No soy dietista-nutricionista, pero tengo sentido común. Y en base a ese sentido común, mis recomendaciones son cuatro; esta sería mi ANTI-OPERACIÓN BIKINI:

 

1. Olvidaos de dietas milagro, y apostad por consultar a un especialista real. Alejaos de los anuncios de TV, de las revistas y de internet; quienes dan los consejos de profesionales tampoco tienen nada. Un dietista-nutricionista de verdad os planteará una dieta mucho más equilibrada y acorde a vuestro estilo de vida. Os recomendará, por supuesto, compensar el sedentarismo con ejercicio.

 

2. ¡Más fruta y verdura! Durante la primavera (gracias, cambio climático) ya va apeteciendo la fruta fresca y las verduras. Mantener una alimentación que las incluya tiene que ser sano a la fuerza. Seguir consumiéndolas en verano es positivo sobretodo por la hidratación que aportan al cuerpo. Ah, y según la sabiduría materna, las zanahorias ayudan a tener un moreno precioso; ¡eso que ganáis, y que os ahorráis en autobronceador! Briconsejo del día: ¿habéis probado a cambiar las bolsas de snacks por fruta? Si no hay nada "maligno" que picar, no tendréis más remedio que comer sano.

 

3. Recordad: sois reales, no producto del Photoshop. Cuando lleguéis a la playa, echad un ojo a vuestro alrededor y contad el número de cuerpos perfectos. Hay estrías, gorduras, pelos, culos caídos... Pero ¿y qué? ¿Veis que a la señora que con 50 años hace top-less le importa no ser como las modelos de las revistas? A la playa se va a pasarlo bien, ¡olvidaos de taparos y echad unas palas! A los vecinos de toalla se les encandila con la risa de cuando no das una; comprobadlo.

 

4. Investiga qué te queda bien. Como cada cuerpo es distinto, si quieres sentirte bien entiende que quizá el modelo de bañador que lleva tal o cual maniquí en la tienda no es el que te favorece. Sobretodo en el caso de las mujeres hay mucho escrito sobre qué estilo queda mejor con cada tipo de cuerpo: lee, comprueba de primera mano que es cierto que te van más los tops de tirante ancho, y deja de sentirte mal. O haz top-less como la señora de 50 años, que es más barato y a más de unx le alegrarás la vista.

 

Espero que con esto dejes de hacer caso a los anuncios, o al menos a alguno de ellos. Ahora, hazte la siguiente pregunta: estabas dispuestx a hacer una operación bikini, pero ¿has pensado en cuidar tu cuerpo el resto del año? Mantén buenos hábitos siempre, y no porque venga la estación de enseñar cacho. No se trata de que el cuerpo esté bien para que los demás lo vean, sino para que tú te encuentres bien, física, mental y energéticamente. Demuéstrate que te quieres cuidándote todo el año. Aunque, bueno, en Navidad te puedes permitir relajarte un poquito. ¡¡Quién pudiera resistirse a los polvorones!!

 

Supongo que todo lo que habéis leído a estas alturas ya lo pensabais. No he dicho nada que no se sepa, pues reitero que no soy ninguna profesional del tema. Sólo he dicho cosas que conviene recordar de vez en cuando, porque se nos olvidan con enorme facilidad.

 

Sencillamente soy alguien que está enfadada con el sistema por hacer negocio con la salud. Vivimos en la era mediática y estamos constantemente bombardeados por imágenes estilizadas hasta el punto de ser irreales. Aunque eso es otro tema más complejo y no quiero extenderme. Así que si realmente os interesa todo esto, hay un montón de blogs de alimentación realmente buenos; la figura del dietista-nutricionista cada vez está más cerca de convertirse en una realidad en los hospitales, pues por fin se le empieza a dar la importancia que merece. El por qué lo podéis comprobar vosotros mismos: os quiero dejar el nombre de un par de sitios que podéis visitar, donde esta gente bien preparada os guiará mucho mejor que yo. Lo último que comentan por el mundillo es esa aberración de la Dieta Alcalina y el patinazo de la revista Pronto por darle bombo sin ninguna base científica positiva ni real. El día que conozcáis a un dietista-nutricionista, os daréis cuenta de la importancia de la alimentación y empezaréis a ver el mundo de otra forma; os hablo desde mi experiencia más reciente.

 

He aprendido mucho de esta ciencia... pero lo que aún no me han sabido contestar es si la dieta del cucurucho funciona. Yo por si acaso, voy a ir probándola. Mientras tanto, vosotros pasaos por alguno de los sitios de abajo. ¡Salud!

 

Mi dieta cojea http://midietacojea.com/

El nutricionista de la general http://blogs.20minutos.es/el-nutricionista-de-la-general/

Dime qué comes http://www.dimequecomes.com/

 

SILVIA GRIMALDOS

Viernes 30/05/2014

Esta vez seré breve, no voy a reflexionar sobre cuales son los cánones de belleza correctos y tampoco sobre que alimentación es la adecuada para estar perfectos, hoy sin más razón que la de decir basta voy a decir a quien utiliza el físico de alguien para sentirse el mejor.

 

Se acabó.

Me canse de escucharte decir tonterías. ¿Quién eres tú para juzgar mi cuerpo?

Estoy realmente harto de ser motivo de risas y comentarios por mi apariencia, como si todos fuéramos perfectos.

¿Te has parado a pensar como soy realmente? Obviamente te has fijado solo en mi físico, la que tu llamas la carta de presentación de toda persona, pero soy mucho más que eso.

Si te tomaras un segundo para conocerme podrías darte cuenta de la razón por la que yo personalmente me siento bien.

Por mucho que tú creas que mi autoestima es baja realmente no lo está, la verdadera razón por la que me duele esta situación es por ti, por tu egocentrismo, por el engaño que sufres al creer que la belleza es aquella que ha marcado una sociedad cada vez más desequilibrada y llevando por comentarios como los tuyos a muchas personas a la más terrible tristeza y mal estar.

 

Hoy puedo decirte que me siento bien. No necesito tu juicio para saber como soy, pero realmente te recomendaría que dejes de mirarte el ombligo y empieces a valorar a las personas por quienes son y no por como son.

Gracias a personas como tú, yo hoy me siento mejor al darme cuenta que no puedes hacerme daño porque soy una persona feliz de ser quien soy.

 

 

Creo que con esto sobran las palabras, mi opinión y mi verdad sobre algo que a mi modo de ver la vida no tiene lugar en esta sociedad pero que desgraciadamente tiene demasiado protagonismo.

Espero que tú, el lector que esta hay detrás no te sientas aludido y si lo haces que sea para hacerte pensar en las consecuencias de tus palabras.

 

 

Frase del Director

 

 

 *Nadie es capaz de decirte como eres, solo tú lo sabes*

 

 

 

 

 

 


 

 

Domingo 1/06/2014

BORJA HEREDERO

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