
LaPutaVerdad
Lunes 7/04/2014
ADIAROZ SÁNCHEZ


Te escribo “un beso”, “un abrazo” o “un te quiero”. Lo lees en la fría pantalla e intentas acordarte de cómo eran mis caricias o mis susurros, seguro que mucho más cálidos que la imagen de este pequeño monitor.
Pero te digo “no te quejes” al menos nosotros podemos comunicarnos en cualquier lugar o en cualquier momento. Esperar una carta días, semanas o meses para saber cómo estás o para decirte lo mucho que significas para mí, sería peor que sufrir un calvario eterno.
Aunque si algún día me canso de ti, no hará falta que te mire a los ojos ni que escuches cómo me tiembla la voz, con teclear unas palabras se terminará todo lo nuestro. No me podrás sujetar del brazo ni convencerme con un tierno beso. Solo podrás contestarme en unas líneas, unas líneas que deberán bastarte para hacerme reflexionar sobre si todavía te quiero.
¿Hemos evolucionado? Quizá, las relaciones a través de las nuevas tecnologías son menos intensas, más rápidas, más confusas y complicadas. Si lloras un “ánimo” no te bastará, si sonríes tu entusiasmo no atravesará la pantalla y si no interpretas bien una frase, no habrá gesto ni tono que te informe de tu error. No obstante, te comunicarás de manera menos efectiva pero lo harás.
Pero si tienes elección, si puedes abandonar tu duro teclado y el frío tacto del ratón, no dudes, hazlo. No dejes que unas simples líneas te roben un abrazo, un te quiero o un beso. Porque pudiera ser que algún día el sencillo botón de “enviar” de tanto usarlo te traicione. Entonces, ya no esperarás futuras caricias y tendrás que conformarte con abrir y leer viejas conversaciones.
Martes 8/04/2014
ALBERT FONTSERÉ

WhatsApp, Instagram, Tuenti, Twitter... Son redes sociales verdaderamente sociales? Hoy daré mi opinión sobre las relaciones personales a través de esas aplicaciones. Personalmente creo que donde este una buena cerveza, una buena conversación y tiempo no hay aplicaciones ni redes sociales que lo eclipsen.
Pienso que estas aplicaciones son muy buenas, cada una con su función. WhatsApp es una aplicación para poder mantener una conversación, pero una conversación digital. Hay muchas cosas que se pierden al utilizar un medio informático. Ya que se pueden malinterpretar muchísimas cosas de esa conversación, por eso pienso que por las redes sociales, aplicaciones o demás no se puede tener una conversación seria o tratar de resolver un problema ya que, como todos sabemos, nunca que resuelven, sino que se empeoran.
La única aplicación que veo que no se ha degradado tanto como Facebook, WhatsApp o Twitter es Instagram. Personalmente me gusta. Es una aplicación para compartir fotografías, solamente instantáneas. No se puede mantener una conversación privada sin que nadie lo vea, así que lo realmente importante son las fotografías que cada uno piense que son buenas y puede compartir con quien quiera.
Twitter es una red social que personalmente la veo la mas potente. Puedes enterarte de lo que haya pasado hace 5 segundos en París sin necesidad de verlo por la televisión. El problema también, es que no es una información cierta (como en ninguno de los medios de comunicación) ya que cada usuario puede dar una información cualquiera sin ser la real.
Pero dejando de banda las redes sociales me gustaria explicar lo que pienso sobre las relaciones personales de hoy día. La gente ya no valora una mirada de complicidad, un beso cariñoso o un simple sonrisa. La gente ahora valora un emoticono con forma de corazón. No creo que deba ser así ya que las personas tenemos gusto, oído, olfato, tacto i vista. Esos sentidos son los que realmente se ven alterados cuando tenemos una relación con una persona. No hace falta que sea amor, puede ser amistad, pero cuando hablas con una persona cara a cara, la ves, la sientes y creo que eso es lo mas importante de una relación. No que se quede plasmado en una ventana de un teléfono móvil.
A menudo oigo que internet está acabando con las relaciones sociales. Es lógico que se piense, pues es tan triste como habitual ver un grupo de amigos sentados en una terraza totalmente absortos por sus teléfonos inteligentes (nunca entenderé eso de inteligente), pero tengamos en cuenta que mientras están mirando sus pantallas, también se están relacionando ya sea en una red social, una conversación, un blog…
Creo que internet ha mejorado con creces las relaciones sociales. Gracias a él he conocido a personas increíbles y hecho cosas que jamás soñé poder realizar. Acerca palabras, opiniones, imágenes, contacta a personas con los mismos intereses y nos hace más sabios con un solo clic. Pero no debemos dejar que esto rija nuestras vidas. El ser humano necesita contacto humano y aunque las muñecas hinchables cada vez sean más reales, no dejan de ser artificiales, como el 90% de los amigos de Facebook.
Debemos aprovechar las facilidades que nos aporta, no crearnos una dependencia y sobretodo no olvidarnos de las relaciones reales y personales.
Miércoles 9/04/2014
AXEL FERNANDEZ

Jueves 10/04/2014
BORJA HEREDERO

Hemos empezado a crear una forma de relación sin relacionarse, todo se basa en frases y palabras bonitas que solo hacen olvidar lo bonito que es mirar..
Todo aquello que esta expuesto a un juicio publico deriva entre diferentes puntos de vista y dependiendo el que se aplica puede variar en cierta manera. Es evidente que la llegada de las redes sociales son un beneficio enorme para mantener cerca a nuestras personas más queridas.
Un contacto constante a un solo paso, una facilidad con doble rasero porque en el fondo nos mantiene unidos pero en la mayoría de las ocasiones a distancia.
Personalmente me quiero centrar en la relación mas personal. En la conquista amorosa que como tal ha perdido todo encanto. No mucho tiempo atrás debíamos salir, hablar, conocer y con un poco de suerte conseguir su teléfono. Ahora básicamente es, ¿ tienes whatsapp?
Hemos reducido las miradas cómplices por emoticonos sonrientes, las caricias tímidas en frases con encanto y los besos robados en promesas eternas.
Cierto es que su practicidad nos ayuda a ver rápidamente nuestras compatibilidades sin perder mucho tiempo pero la química de mirar y sonreír tontamente parece haberse perdido.
Soy yo el primero que he caído en la cita fácil, en la conversación vacía con la mera intención de satisfacción carnal. Una característica de algunas redes sociales que a la larga solo consiguen hacerte sentir estúpido por formar parte de ellas y por ese mismo motivo valoro como nadie la sensación de mirar cómplice a quien deseo conquistar.
En conclusión si lo que deseas es facilidad, sigue en tu red social, si lo que deseas es sentir, abre la puerta, sal y comete el mundo...
Frase del Director
* No escribas con tus dedos lo que tu mirada debe decir *
Jueves 10/04/2014

MIGUEL P.CAMPOS
"Expresador" invitado
De adolescente era un chico tímido, desgarbado y miope que no tenía muchas facilidades de relación y que si, lo admito, me refugié en las nuevas tecnologías para contactar poco a poco con un incipiente mundo exterior que me daba miedo y morbo a la vez, pero desde mis veintitantos puedo decir que si sabes utilizar las redes sociales, son útiles, pero corremos un riesgo individual y social, de aislamiento, cómo más conectados estamos, más desconectados de la realidad humana estaremos.
La facilidad con la que contactamos con personas de todas partes, de todas las edades y de todos los segmentos y estratos sociales nos ha hecho un bien innegable, pero cómo dije más arriba, cómo más se usan, más se descuidan las relaciones dérmicas, y las llamé así porque no he encontrado nada más placentero y gratificante que el contacto piel con piel de un abrazo, un beso o una caricia. Así pues y sin esconderme de mi pasado, os relataré una breve historia de mi vida y su relación con la pantalla global, cómo bien dije era un chico tímido, timidez que fue derivando en el desparpajo actual a primeros de los 20, durante mucho tiempo invertí horas y horas en estar en contacto con quién suponía mis amistades, pero en realidad lo eran? Puede que si, ya que la mayoría de mis parejas hasta entrar en la etapa de los encuentros casuales, las conocí en chats, páginas de contactos o a través de ciber-amistades, mal no me iba, he de ser sincero, pero una vez prové la sensación de conocer gente sin que mediase un teclado, la sensación fue indescriptible, cómo bien decía mi abuela “cuando necesites un abrazo te lo daré yo, no la pantallita de las narices” a lo que solía apostillar algún improperio genuino de su Andalucía, yo en aquél entonces no reparé en pensar que tenía razón, era joven e inexperto, excusa fácil. La cosa no sería más grave que un adolescente chatero sinó fuese porque conocí a una chica gallega y decidido a conocerla, tras casi un año y medio de chateo, me fui para Pontevedra, pero oh sorpresa, alguien quiso reírse muy fuerte de mí, y ésta chica no apareció. Moraleja?
Más vale pájaro en mano que ciento volando.
Dejando de lado mi adolescencia pardilla, otra crítica a la pantalla global es que la gente lo soluciona todo con un mensaje, o peor, con un simple “ok”, antes cuando el mundo era mundo, quedábamos en el parque para hablar, discutir, jugar, etc. Hoy día te la pasas con el Smartphone, jugando al candy crush o al apalabrados y crees conocer a montones de gentes de todas partes, pero es así? Mi respuesta es que no, porque el tiempo que antes invertíamos en el parque, ahora lo invertimos en la pantalla global. Quién te dará el abrazo? Yo me ofrezco voluntario para dar su dosis de normalidad a los que conocen más gente dentro de la pantalla que fuera, pues yo fui uno de ésos sujetos en teoría populares, pero que se sentía solo.
Por último quisiera aludir a algo que pareció la esencia del desarrollo de nuestra especie, que es la comunicación verbal y paraverbal, por una red social no puedes notar tonos de voz, ver gestos o sentir la calidez o frialdad de una frase, cosa que normalmente da a equívoco, y no hay cosa que más odie en éste mundo que los malentendidos, háblense, queden con sus amigos, discutan, peleen, pero tóquense las pieles y vuelvan a la fase dérmica. Conectado a ti me sentía, pues más craso era mi error, yo vertía mis palabras en el teclado y tu te reías de mi amor.